Cuando instalamos Windows en un disco duro por defecto, el sistema operativo lo configura como disco básico, y lo mismo sucede cuando añadimos un nuevo disco duro al equipo. Sin embargo, tenemos la opción de configurarlo si queremos como disco dinámico, pero, ¿qué ventajas nos aporta hacerlo? ¿Es algo que merece la pena hacer? En este artículo te vamos a contar lo que es un disco dinámico, en qué se diferencia de uno básico, y qué modo te conviene más tener dependiendo de cómo lo utilices.
Antes de empezar a explicar lo que es un disco dinámico, es de rigor explicar primero lo que es un disco básico, ya que como hemos mencionado antes es la «versión» que Windows va a configurar por defecto cuando instalamos el sistema operativo, cuando añadimos un nuevo disco duro e incluso cuando conectamos cualquier tipo de almacenamiento externo al PC.
¿Qué es un disco básico?
Un disco básico es, como su nombre indica, un disco duro con configuración básica. Se utiliza desde los tiempos de MS-DOS y Windows NT y a día de hoy sigue siendo la opción por defecto que Windows configura en nuestros discos duros salvo que le digamos lo contrario.
Cuando nos referimos a un disco duro básico lo hacemos de un tipo de configuración que es capaz de gestionar todas sus particiones y datos a través de una serie de unidades lógicas que, por regla general, pueden configurarse como cuatro particiones primarias o tres primarias y una extendida con mútiples unidades lógicas. Seguro que estos términos os suenan prácticamente desde los inicios de la informática doméstica allá por los años 80 cuando era normal referirse a las particiones de un disco duro de esta manera.
No obstante, desde la era de Windows 2000 tenemos la opción de configurarlo como disco dinámico (y de hecho es algo que podemos hacer posteriormente, es decir, podemos convertir un disco básico en uno dinámico), una configuración que dota al disco duro de diferentes características, así que vamos a ver en qué consisten y qué ventajas nos aporta hacer este cambio.
Estos discos suelen tener dos tipos de estilos de partición para el registro, muy conocidos por cierto, que dependerán del sistema operativo usado: MBR o GPT. Esto nos permite también por la distribución de las particiones y el sistema de archivos que un disco básico cumpla más funciones de las esperadas en un primer momento, como pueden ser ampliar el espacio de una partición con aquel que esté sin asignar, contiguo o adyacente, aunque con algunas pegas como tener que implementar NTFS como sistema de archivos, pero ¿quién usa FAT a día de hoy en su HDD o SSD?
¿Qué es un disco dinámico y qué ventajas aporta?
Un disco dinámico es simplemente una configuración del mismo, no es que sea un tipo diferente de disco (en otras palabras, cualquier disco duro puede configurarse como básico o dinámico independientemente del hardware). La mayor diferencia con uno básico radica en que funciona a través de volúmenes dinámicos en lugar de particiones, lo que permite realizar modificaciones en su configuración que no permiten los discos básicos, como por ejemplo ampliar o reducir el tamaño de un volumen que ya está creado.
Los volúmenes dinámicos pueden ser no continuos, es decir, que se puede hacer más grande un volumen primario extendiéndolo al siguiente espacio no asignado del disco, sin necesidad de que esté junto a este. Adicionalmente, se pueden crear volúmenes avanzados que incluyen entornos RAID, todo dentro de un mismo disco duro.
Por norma general, la mayoría de usuarios podemos sobrevivir perfectamente con discos básicos porque lo habitual es que se cree siempre un solo volumen con toda la capacidad del disco. Por ejemplo, si tenemos un disco duro de 1 TB, crearemos un volumen (o partición, en este caso, al ser disco básico) de 1 TB.
Ventajas y desventajas
Así pues, las ventajas que aporta el convertir un disco básico a dinámico son básicamente mayor dinamismo a la hora de «jugar» con sus particiones porque realmente no estaremos usando particiones como tal, sino volúmenes dentro de esta. Así, podemos hacer más grandes o más pequeños los volúmenes, podemos configurar volúmenes RAID, y podremos modificar a nuestro antojo el espacio asignado en cada uno.
La principal desventaja de usar un disco dinámico frente a uno básico es que no soporta configuraciones multi-Boot, lo que significa que no podemos tener varios sistemas operativos instalados en el mismo disco duro para poder escoger entre ellos en el arranque, algo que sí permiten los discos básicos. Por lo que tendrás que tirar de máquinas virtuales como Virtual Box o VMWare.
Además, un disco dinámico nunca podrá tener una partición marcada como activa, ya que es algo que se designa al disco básico por tener un sistema de partición para el registro de arranque. Por lo que no debemos presuponer que un disco duro para guardar datos deba ser dinámico, no tiene por qué, podemos usar uno de los dos como básico perfectamente.
No son lo mismo que volúmenes o particiones
No se debe confundir disco básico o dinámico con volúmenes o particiones. Tampoco son lo mismo, pero están directamente relacionados como es obvio. La razón es que como hemos dicho un disco puede ser dinámico o básico, eso lo elige el administrador, sin embargo, en ambos casos se pueden configurar particiones o volúmenes según las necesidades del usuario o empresa, por lo que cobra vital importancia el hecho de hacia dónde destinamos cada HDD o SSD.
Sin duda los discos dinámicos son más polivalentes y estos se basan por norma general en el Administrador de discos lógicos y el servicio de disco virtual en Windows y aquí llega la parte importante para comprender las diferencias con un SSD o HDD en cuanto a concepto: estos dos sistemas nombrados son los que permiten pasar de básico a dinámico o incluso a crear un volumen para tolerancia de errores, todo en el mismo componente físico y por el cual pagamos
Cuándo no es recomendable convertir un disco básico en dinámico
Pese a que convertir un disco básico en uno dinámico otorga ventajas en cuanto a rendimiento, no es recomendable en los siguientes escenarios que os vamos a explicar a continuación:
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Cuando quieres instalar una versión más antigua de Windows.
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Las particiones desconocidas como las OEM podrían volverse inaccesibles después de la conversión.
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Si tienes un entorno con múltiples arranques (multi-Boot) puede que uno de los sistemas operativos acabe teniendo problemas para arrancar.
Fuera de estos tres escenarios, la conversión de un disco básico en uno dinámico es segura. En todo caso y en el caso del primer punto, a no ser que vayas a usar juegos u otra aplicación pesada, si lo que necesitas es usar Windows XP o cualquier otro sistema operativo anterior a Vista, por el hecho que la aplicación de tu empresa solo funciona bien en esos sistemas operativos, entonces nuestro consejo es que des el salto al dinámico y tires de máquina virtual.
¿Son lo mismo un disco básico o dinámico que un HDD?
Las siglas HDD significan Hard Disk Drive, que se traducirían indirectamente como unidad de disco duro, aunque literalmente sería controladora de disco duro. Claro está que con ello nos referimos a la unidad al completo, no solo al disco, sino también la circuitería para controlarlo y la interfaz que lo comunica con el ordenador. Por lo que son una siglas que definen el tipo de unidad física de almacenamiento.
Por lo que un HDD es un disco duro y, por tanto, puede ser básico o dinámico, pero no vais a encontrar en las tiendas unidades que en sus especificaciones se puedan leer si es un disco duro básico o dinámico, ya que a nivel de hardware estamos hablando de dispositivo que es lo mismo. Tened en cuenta que dicha diferencia es acerca de cómo el sistema operativo trata a la unidad aprovechando algunas de las capacidades únicas que permite su interfaz.
Es decir, que podemos comprar un disco duro (el que más nos convenga por capacidad y precio) y luego más tarde decidir cómo lo vamos a querer configurar en función de nuestras necesidades y que ya dejamos explicadas a lo largo de todo el artículo.