Una de las cosas que más sorprende en las tarjetas gráficas y monitores de la actualidad es el uso de dos estándares, DisplayPort y HDMI, para la transferencia de la señal de vídeo desde la GPU a la pantalla. Al mismo tiempo existen varias versiones de los diferentes estándares y es por ello que os hemos hecho una comparación entre el HDMI 2.1 y las versiones 1.4 y 2.0 del DisplayPort.
Si nos retrocedemos a la época de los monitores CRT veremos como el estándar VGA fue generalizado en todos ellos, pero en cambio si cogemos uno de los actuales LCD u OLED veremos como estos son dominados dos conectores distintos para un mismo propósito. Tanto el HDMI como el DisplayPort han ido avanzando con el tiempo a medida que la tecnología de los paneles ha ido evolucionando y ha sido necesario aumentar el ancho de banda de transferencia.
Que existan más píxeles en pantalla significa que la información de estos se ha de transmitir más rápido para que lleguen a tiempo, así mismo, el aumento de la frecuencia de refresco también significa aumentar dicho ancho de banda. No obstante entre los estándares DisplayPort y HDMI existe una diferencia fundamental y es su origen. Mientras que el DP fue creado como un estándar de la VESA para el uso de monitores de ordenadores, el otro estándar fue creado como una evolución del DVI añadiendo la capacidad de transportar audio e incluyendo el control de medios digitales para evitar la copia no autorizada del contenido que se retransmite a través de la salida de vídeo.
El hecho que las tecnologías utilizadas sean las mismas en televisión que en monitores ha hecho que los fabricantes aúnen ambos estándares en las pantallas y las tarjetas gráficas que fabrican, pero sus diferentes especificaciones hacen que el DisplayPort sea mejor que el HDMI en ciertas aplicaciones.
HDMI 2.1, el estándar televisivo de la próxima década
La llegada de los paneles 8K al mundo de la televisión ha necesitado de un aumento en el ancho de banda del estándar HDMI, el cual en su versión 2.1 ha conseguido aumentar la velocidad de transferencia de los 18 GB por segundo a los 48 GB por segundo, no obstante, hay sistemas como algunas consolas de nueva generación e incluso televisores y monitores que no soportan todo el ancho de banda del nuevo estándar y hacen uso de una versión limitada.
Si nos centramos en el mundo del PC los paneles de 8K están de más, pero el HDMI 2.1 permite un estándar de resolución y tasa de refresco que hasta el momento no es común dentro del mundo gaming que son los 4K a 120 Hz. Eso sí, el nuevo estándar lo consigue con 8, 10 o 12 bits por componente y requiere de compresión y descompresión de datos para los 16 bits por componente, pero una calidad de color en HDR con tal precisión aún está muy lejana.
La gran desventaja del HDMI 2.1 respecto al DisplayPort está en el hecho que es un estándar pensado para televisión y por tanto se ve limitado a múltiples de las tasas de refresco pensadas para dicho mercado. Esto lleva a que no pueda superar una tasa de refresco más allá de los 120 cuadros por segundo incluso si el ancho de banda disponible lo permitiese. Esto hace que de cara al juego competitivo tanto amateur como profesional a través de los eSports el DisplayPort sea en PC una mejor opción.
DisplayPort 1.4, el estándar de los monitores de PC para los eSports
El segundo estándar existente es el DisplayPort o DP, el cual se ideó no de cara a la reproducción de contenido de vídeo en alta definición y hasta el momento ha estado atado al mundo de los ordenadores. Incluso a día de hoy tenemos casos como el de las consolas de videojuegos que carecen de salida DisplayPort. ¿Es por el hecho que el estándar DisplayPort es peor que el del HDMI? No, pero si hablamos de frecuencias de 120 Hz o menos no existe una ventaja clara entre ambos formatos.
Las dos versiones más avanzadas del estándar DisplayPort hasta el momento son la 1.4 y la 2.0. En el primer caso tenemos un ancho de banda de 25.92 GB por segundo, lo cual es un poco más de la mitad que el HDMI 2.1, pero le permite soportar también 4K de resolución a 120 Hz, eso si, limitada hasta a 10 bits por componente. Por lo que es se trata de un estándar suficientemente bueno para que los juegos del momento se luzcan en PC.
Pero en lo que el DisplayPort 1.4 destaca por encima del resto es en el hecho que soporta tasas de refresco mucho más altas, pudiendo soportar incluso los 360 Hz o los 240 Hz en Full HD o 1080p y Quad HD o 1440p, pero a una tasa de refresco de 144 Hz o 165 Hz. Lo que hace que si tienes uno de estos monitores sea una mejor opción si tienes una GPU gaming capaz de reproducir tus juegos favoritos a dicha velocidad.
DisplayPort 2.0, por encima del HDMI 2.1
La versión más avanzada del estándar DisplayPort hasta el momento tiene al ancho de banda más alto de las salidas de vídeo hasta el momento de 77.4 GB/s, lo que le va a permitir transmitir a una frecuencia de 60 Hz a una resolución de 15360 x 8460 píxeles, lo que se conoce como resolución 16K. Dicho de otra manera, una densidad cuatro veces más alta que los 8K y dieciséis veces más alta que los 4K. Eso sí, lo hace haciendo uso de sistemas de compresión y por el momento los 16K son un estándar aún lejano incluso para la electrónica de consumo de alta gama.
El mayor ancho de banda del DisplayPort 2.0 le permite alcanzar mayores tasas de refresco en las resoluciones más bajas e incluso ir más allá del HDMI 2.1. ¿El problema? Los monitores que a día de hoy incluyen esta tecnología se pueden contar con los dedos de una sola mano. Lo cual es una pena, ya que es el primer formato que permite jugar a 4K y 144 Hz en hasta tres monitores distintos. Pero donde el estándar DisplayPort 2.0 brilla por encima del resto es en el hecho que en su versión para USB-C va a permitir resoluciones de 4096 x 4096 píxeles por ojo a 120 Hz en los cascos para la realidad virtual.
Por el momento es un formato de futuro y el DisplayPort 2.0 en comparación con el HDMI 2.1 y el DisplayPort 1,4 supera en especificaciones a lo necesario hasta para el más entusiasta del momento, pero en unos años puede haberse convertido en el siguiente gran estándar.