A la hora de contratar una conexión a Internet con nuestra operadora, ésta nos proporciona como mínimo un router, equipo imprescindible para poder gestionar el acceso a la Red y que además permite establecer una red local cableada e inalámbrica dentro de casa.
Estos routers cedidos por nuestro ISP han tenido desde hace años fama de ser, por decirlo suavemente, pobres en funcionalidades y recursos, una reputación que muchos se ganaron a pulso en los primeros años de las conexiones de ADSL. Pero hay que reconocer que la situación ha ido mejorando mucho en los últimos años con las de fibra y cable.
No obstante puede que en tu caso tengas un modelo más antiguo que quizá te esté dando problemas o simplemente tengas curiosidad en saber si sería posible mejorar la conexión utilizando un router más moderno. En este punto tienes dos posibilidades: o contactas con tu operadora para que te proporcione un modelo de nueva generación, ya sea gratis o pagando, o bien optas por comprar por tu cuenta uno de los llamados "neutros" que te ofrezca lo último en prestaciones.
¿De verdad es necesario cambiar el router básico de tu operadora?, ¿puedes hacerlo de forma sencilla?, ¿qué ventajas e inconvenientes te vas a encontrar al hacerlo?
¿Por qué quieres cambiarlo?
Antes de ir como locos a una tienda a buscar nuevo modelo de router, creo que primero debemos hacer un ejercicio de reflexión acerca de los motivos para cambiar de router: ¿por qué estamos pensando en hacerlo?, ¿qué tendrá un nuevo modelo que no me ofrece el que ya tengo?
Una de las razones más populares para buscar un router nuevo es la relacionada con la conexión inalámbrica. Por ejemplo, si a pesar de tener contratada una buena conexión con nuestro ISP con cientos de Mbps sufrimos de cortes frecuentes en la WiFi, baja velocidad de acceso a Internet, poco radio de cobertura inalámbrica, parones continuos en los servicios de vídeo como YouTube o Netflix, entonces es normal que se nos pase por la cabeza cambiar de router.
Pero quizá el problema esté en una saturación de las bandas de frecuencia debido a interferencias de las redes de los vecinos, algo común en edificios con muchas viviendas conectadas a Internet de forma inalámbrica, en cuyo caso poco podremos hacer comprando un nuevo modelo.
En estas situaciones es más recomendable optar por otras soluciones mixtas como redes PLC con o sin repetidores WiFi, por adaptadores de tipo Mesh que se puedan interconectar por cable y diferentes combinaciones de este tipo de dispositivos.
Si el problema no es de saturación sino de que la capacidad WiFi del router de tu operadora es muy pobre pero cumple en el resto de funciones, lo más sencillo es optar por instalar directamente un punto de acceso inalámbrico más potente y de calidad apagando directamente la red de tu operadora.
Puede que la cobertura WiFi no sea tu problema y que lo que busques sean funciones adicionales como puertos USB para compartir discos y periféricos, que el router incorpore una buena interfaz de usuario, sencilla de usar pero potente que nos permita configurar los parámetros más habituales (como contraseñas, apagar y encender la WiFi, cambiar los canales de frecuencia y la potencia, etc.) rápidamente y sin perdernos en menús eternos o que incluya alguna función avanzada específica que no traiga tu router de serie.
Este suele ser un punto que no cumplen habitualmente los equipos cedidos por las operadoras, ya que muchas de estas opciones están bloqueadas de serie obligándonos a comprar un equipo adicional si queremos acceder a ellas. En estos casos probablemente sí sea necesario optar por un modelo nuevo.
¿Sustituir por completo o complementar?
Puede parecer que todo son ventajas si cambiamos el router de la operadora por uno neutro (sin marca de operadora), pero antes de ir a la tienda debes tener en cuenta que en la mayoría de situaciones no podrás deshacerte de él por completo y deberás seguir usándolo parcialmente.
La mayoría de modelos neutros que encontraremos en las tiendas no sirven para todos los servicios que nos ofrece nuestro ISP, no son 100% compatibles, o la configuración que habría que hacer no es inmediata ni está al alcance de todo el mundo.
En el mercado podemos encontrar multitud de routers neutros con especificaciones estupendas, pero solo unos pocos de ellos vienen con módem ADSL o de cable incorporado, imprescindible si tenemos una de estas conexiones. Menor aún es el número de modelos que podemos conectar a una red óptica de forma directa y son compatibles con los servicios de VoIP o teléfono por Internet y la televisión que nos proporciona nuestra operadora. Además, el router neutro debe ser compatible con las redes VLAN para poder hacer uso de los servicios adicionales de tu ISP.
Pero aunque encuentres un modelo compatible, configurar un router neutro para poder usarlo como sustituto del de tu operadora es muy complejo, ya que se necesitan de parámetros y códigos de configuración que tu operadora no te proporcionará por las buenas, sino que tendrás que recurrir a su búsqueda por foros de ayuda especializados y concretos para cada ISP y modelo de router y puede que no siempre logres encontrar la respuesta que buscas.
Por ello, la opción más habitual en vez de sustituir por completo el router de la operadora es seguir usándolo como equipo intermedio entre el acceso a Internet y tu nuevo router comprado. Para ello, si es posible en la configuración interna basta con poner el router de la operadora en modo "puente" o "bridge" para que sea el nuevo equipo el que tenga la mayor carga de trabajo, quedando el de tu operadora solo como un módem que gestiona la conexión del ISP.
Ventajas de sustituir o complementar el router de la operadora con uno neutro
Un router neutro de nueva generación será capaz de ofrecerte lo último en conectividad inalámbrica dándote acceso a redes WiFi 5 y WiFi 6 incluso con capacidades Mesh para crear una red mallada por toda la casa. También te ofrecerá más y mejores antenas con mayor cobertura y estabilidad para reducir la probabilidad de microcortes siempre que las bandas de frecuencia no estén saturadas por las redes adyacentes.
Los routers neutros en general contarán con mejor hardware interno con más potencia de proceso, memoria y capacidad para trabajar con grandes volúmenes de datos pudiendo atender las peticiones de múltiples equipos conectados a ellos sin despeinarse (televisores, reproductores, móviles, ordenadores, consolas, etc.)
Te ofrecerán más opciones de configuración y más funciones, sin limitaciones en características, bloqueos y te darán mayor libertad para poner todo a tu gusto, algo muy útil si eres usuario experto pero que puede llegar a brumar si no tienes muchos conocimientos y simplemente buscas un equipo sencillo de manejar.
Te proporcionarán más seguridad en tus comunicaciones inalámbricas con los últimos estándares de cifrado como WP3, lo más nuevo en protocolos y actualizaciones del firmware, con más frecuencia y que prestarán atención a posibles problemas de seguridad de tu modelo.
Tendrán mejores opciones de conectividad cableada con puertos de mayor velocidad y en mayor cantidad que los básicos de tu operadora, ofreciendo como mínimo cuatro Ethernet a 1 Gbps aunque en algunos equipos de nueva generación ya se está imponiendo el estándar a 2,5 GHz para conectar NAS y dispositivos más exigentes.
También tendrán una configuración más accesible y guiada desde aplicaciones para móviles así como funciones extra destinadas a crear redes para invitados, a la gestión del tipo de contenidos, antivirus integrado en el propio router, control parental avanzado etc.
Además, hay modelos con claro enfoque hacia los jugadores avanzados que ofrecen funcionalidades con las tratar de disminuir la latencia y que son capaces de redirigir la potencia de la red hacia aplicaciones de gaming.
Inconvenientes de sustituir el router de la operadora
Como señalábamos un poco más arriba, el primer inconveniente que te vas a encontrar es la compatibilidad y la complejidad de instalación. Que el router nuevo sea totalmente compatible con el tipo de conexión que tengas y que puedas configurar los parámetros necesarios para establecer la conexión de forma sencilla es casi misión imposible para un usuario medio.
Si eres un usuario experto en redes acostumbrado a trastear con este tipo de equipos puedes lograrlo con una cierta facilidad, pero si lo que buscas es algo tipo enchufar y listo para una sustitución rápida, no será tan sencillo.
También tienes el asunto del precio, pues necesitarás realizar un desembolso económico relativamente importante si buscas estar a la última en prestaciones, y además todo correrá de tu cuenta, ya que ante posibles problemas de configuración o cortes, tu operadora no se prestará a ayudarte si estás usando un router que no es el oficial.
Además, en algunos casos no podrás deshacerte por completo de los equipos de tu operadora. Por ejemplo, tendrás que seguir usando el ONT o adaptador que transforma la señal de la fibra óptica en eléctrica, a no ser que también compres otro de estos equipos aparte que además deberás aprender a configurar por tu cuenta.